Deroga la Directiva 93/76 CEE del Consejo.
Entre otros objetivos, una mayor eficiencia del uso final de la energía contribuirá a disminuir el consumo de energía primaria, a reducir las emisiones del CO2 y demás gases de efecto invernadero y con ello a prevenir los cambios climáticos peligrosos.Las actividades humanas relacionadas con el sector de la energía son responsables hasta del 78 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Comunidad.
La directiva propone un objetivo orientativo nacional de ahorro energético de un 9 % de la cantidad media anual de consumo que se medirá después del noveno año de aplicación de la presente Directiva; será el resultado del ahorro de energía anual acumulativo logrado durante el período de nueve años de aplicación de la presente Directiva y será alcanzado mediante servicios energéticos y otras medidas de mejora de la eficiencia energética. Los Estados miembros adoptarán las medidas razonables, practicables y rentables con el fin de contribuir al logro del citado objetivo y velarán por que el sector público cumpla un papel ejemplar en el contexto de la presente Directiva.
Los Estados miembros garantizarán que los distribuidores de energía, los operadores de sistemas de distribución y las empresas minoristas de venta de energía proporcionen la información estadística agregada sobre sus clientes finales a las autoridades para elaborar y aplicar adecuadamente los programas de mejora de la eficiencia energética.
Los Estados miembros asegurarán la existencia de auditorías energéticas (para determinar potenciales medidas de mejora de la eficiencia energética) y velarán por que, siempre que sea posible, los clientes finales de energía (electricidad, gas natural, calefacción urbana y o refrigeración y agua caliente sanitaria) reciban contadores individuales a un precio competitivo, que reflejen el consumo real de energía y el tiempo real de uso.
Los anexos de la directiva incluyen una tabla de conversion de energía de combustibles seleccionados para uso final e indican como realizar las mediciones y cálculos del ahorro de energía y su normalización, pudiéndose medir de forma descendiente (cálculo a escala nacional, poco preciso y simple, pero también poco costoso) o ascendente (sumando el ahorro de todas las medidas realizadas), pudiéndose utilizar mediciones basándose en facturas de los distribuidores o minoristas, datos de las ventas de energía, datos de ventas de equipos y aparatos (obtenidos de los minoristas) o datos para registrar la demanda energética antes y después de la introducción de una medida de mejora de la eficiencia energética.