Cooperativa Lleialtat Santsenca (Barcelona)

  

La asociación AuS, arquitectura y sostenibilidad del Colegio de arquitectos de Cataluña (COAC) organizó ayer una visita al edificio Cooperativa Lleialtat Santsenca. Pudimos recorrer el edificio de la mano de Xavier Ros, uno de los socios de H arquitectes, equipo responsable de la rehabilitación.

El edificio ha sido habilitado para los usos de las entidades vecinales, respetando las huellas del pasado (1), interviniendo desde el respeto y el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, cual yacimiento arqueológico que puede ser tocado, experimentado, vivido. Este edificio es como un cuadro trabajado mediante transparencias de las distintas capas de pintura, que muestra múltiples matices, infinitas tonalidades.

   

La fachada, que está catalogada, se ha rehabilitado manteniendo sus colores gastados. Por el interior del edificio se ha reforzado la fachada y se ha aislado térmica y acústicamente. El trasdosado interior es de piezas de cerámica. Parte de los paramentos se han ejecutado con las oberturas interiores de la cerámica vistas, evitando la reverberación. El trabajo de los aparejos de cerámica, el estudio minucioso del resultado estético de su disposición es una constante en el trabajo H arquitectes. Ello confiere de gran fuerza plástica a sus edificios.

   

El edificio se organiza des de un espacio de triple altura que lo recorre longitudinalmente. Des de este espacio se accede a la sala polivalente de planta baja, el auditorio de planta primera y distintas aulas y despachos. Es como una calle interior, un espacio habitable no climatizado. El espacio está bañado por la luz del sol que atraviesa la cubierta de policarbonato. La ventilación natural se consigue mediante unas ventanas motorizadas situadas en la fachada y en la cubierta.

    

Toda rehabilitación es una apuesta por la sostenibilidad, al ahorrar en movimientos de tierras, materiales de la cimentación y resto estructura. En este caso también se han reutilizado pavimentos cerámicos originales al ponerlos en los baños. Se evitan los revestimientos (gasto en material), mostrándose los acabados originales y los materiales nuevos (paredes y pilastras de cerámica, madera de las escaleras, estructura metálica). Recuerda a la propuesta de Adolf Loos, arquitecto autor del libro Ornamento y delito (1870-1933).

Los tubos eléctricos y los conductos de climatización se muestran vistos, pero controlados, dentro de la composición general del edificio. El confort térmico se consigue con una climatizadora y dos VRV, cuya potencia se ha ajustado a las necesidades del programa. Se han dispuesto paneles solares fotovoltaicos integrados la cubierta, volando por encima de la cumbrera, evitando así las sombras de los edificios vecinos.

Se trata de un edificio con múltiples singularidades, sin series, y a la vez, con un lenguaje único que le da coherencia al conjunto. Función y estética están unidas. Es un edificio pensado para ser vivido con todos los sentidos.

(1) El edificio fue la sede de la cooperativa obrera de consumo desde su construcción en 1928 hasta 1943. Posteriormente albergó a la fábrica de turrones Viar en la planta baja (1950-2000). En la planta primera estuvo primero la sala de baile Bahía (1948-1986) y después la discoteca Rainbow (1986-1988). El colectivo Espacio Liberado para la Cultura ocupó el edificio entre 2006 y 2009. En 2012 el Ayuntamiento de Barcelona licitó el concurso para su rehabilitación, siguiendo el plan de usos elaborado por la cooperativa de arquitectos Lacol. El despacho H arquitectes ganó el concurso. Actualmente es un espacio para usos vecinales cooperativos y de cultura popular.
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